Inspírate y aprecia lo que te rodea.
Como
cualquier cambio y cualquier cambio drástico, inmigrar no se escapa de ser un
proceso complejo.
Los
pensamientos fluyen a mil por segundo, tu mente está a su máxima potencia y por
si fuera poco tu cuerpo en muchos casos va a experimentar altitud, cambio de
temperatura y consecuencia de esto, tu corazón pulsaciones aceleradas.
Lo increíble
de todo esto es que distantemente de tener ganas de contarlo todo, de comunicar
mis experiencias y los sitios visitados, las ganas de escribir y la inspiración,
han estado muy muy ausente.
-----------
Alrededor del mundo encontramos todo tipo de inspiración, incluso en las cosas más
pequeñas, en las cosas más sencillas y en las cosas que tenemos a nuestro
alcance.
El aroma de
un buen café colombiano o del cacao ecuatoriano, eso es inspiración.
Un ceviche
peruano o un mofongo dominicano, eso es inspiración.
Un atardecer
en la costa o un amanecer en Los Andes.
En la letra
de Luis Miguel o en la voz de Boccelli.
----------
Las cosas
más cotidianas son ignoradas por la mayoría de nosotros, las cosas que debemos
apreciar sin siquiera vacilar.
Si en la
calle hay ruido, nos quejamos, si hay silencio, éste se vuelve ensordecedor.
Somos tan humanos como irónicos.
Y así llego
a la otra idea de la que me gustaría escribir hoy… Nos quejamos por lo bueno y por
lo malo, así que me gustaría comparar realidades en dos ciudades del mundo
tomando como referencia las noticias locales, con esta comparación quiero que vean la relatividad de lo "malo" según tu realidad.
-
Sevilla y
San Salvador, un accidente en bicicleta que dejó un hombre herido y un tiroteo
que acabó con la vida de una persona. Así son los
contrastes, así son las sociedades, así son las distintas realidades. Por eso tenemos que saber que cuando las cosas están mal, podrían estar peor. Con esto no quiero decir que seamos conformistas, pero todo fuera distinto si aceptamos nuestra verdad y trabajamos por convertirla.
----------------
Voy a
finalizar con unas preguntas y espero que en cada uno de ustedes, estas interrogantes
tengan una respuesta:
¿Nuestras preocupaciones
valen realmente la pena?
¿Nos
dedicamos a aceptar nuestras realidades como son?
¿Somos
capaces de aceptar lo que nos venga aun cuando sea malo o sea bueno?
¿Sacamos lo
mejor de lo malo y disfrutamos de lo bueno?
Si esto te
deja pensando un poco, estoy complacido.
Recuerda que
lo más mínimo nos inspira y que lo mejor es lo que nos sucede.
Vayamos y
contemos nuestra historia, hagamos que valga la pena y vivamos nuestro día a
día como si no hubiera mañana.
El momento
es HOY!
Nos seguimos leyendo,
Miguel Alejandro Gómez
Comentarios
Publicar un comentario